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viernes, 15 de abril de 2016

EL REIKI, LO NUEVO Y LO VIEJO



Resulta sorprendente la liviandad con que la gente repite frases. La que más he escuchado es que el Reiki ya no va más. Es gracioso, el mercado y sus sistemas de publicidad terminan empapándolo todo, porque esas pautas de buscar siempre lo novedoso como valor supremo son sostenidas por los que venden un pan de jabón o una licuadora, sabemos que a veces el producto es el mismo pero urgidos por esta premisa de innovación continua le cambian el envoltorio e imprimen la palabra “nuevo” al lado de la marca. En el camino de autoconocimiento y la espiritualidad el funcionamiento es otro y yo me atrevería a afirmar que es precisamente lo contrario. La sabiduría no tiene fin pero incluso es  de suponer que no tuvo principio porque algunos “saberes” fueron canalizados, es decir no nacieron de la investigación de un ser evolucionado sino que fueron captados desde el otro plano. La novedad como valor es un invento de la modernidad, cuanto más nuevo más caro, más emblemático, pero lo nuevo tiene corta duración, casi se vuelve viejo en el momento de nacer. El culto reverencial al cuerpo joven y el desprecio por la persona anciana es una manifestación más de este sistema de creencias. De la misma forma en que una persona frívola sigue obsesivamente los lineamientos de moda al punto de convertirse en una consumidora útil al mercado, quienes buscan el último cursillo espiritual con el ultimísimo método para ampliar su conciencia desterrando de plano todo lo anterior,  veo a las personas que dicen que el Reiki ya fue. El Reiki se nutre de muchas líneas espirituales antiquísimas, si lo desechamos,  también desechamos las bases de las grandes religiones del mundo, esos saberes no tienen fecha de vencimiento. Mi experiencias personal con el Reiki es la de haber encontrado un camino de autoconocimiento genuino y lo digo después de haber hecho todos los niveles hasta la maestría, y habiendo dejado pasar entre nivel y nivel siete años con sus prácticas correspondientes, me inicié cuando aquí en la Argentina no había maestros y fue una Reiki Master norteamericana en viaje quien me dio las primeras sintonizaciones. Pero también hice otras prácticas y no encuentro que sean superadoras sino complementarias, sirven para otras cosas, indagué y comparé. Esta idea de que una práctica destierra a la otra es también un concepto del modelo patriarcal del que el mercado es subsidiario. El movimiento de la energía no es vertical sino horizontal pero en muchos niveles a la vez, el patriarcado  por el contrario cree que es vertical y jerárquico y le cuesta mucho integrar la idea de complementariedad, porque piensa que hay una sola línea y que en esa cúspide se encuentra la única autoridad, esta creencia es la que sustenta los fundamentalismos en todas sus vertientes.
  Tal vez la idea de que el Reiki es sólo un camino de sanación fue impuesta en Occidente como una moneda de intercambio, sabemos que la señora Takata difundió con su personal traducción de la historia de Mikao Usui el origen del Reiki, pero el Reiki sirve para muchas otras cosas que nos permiten abrir puertas interiores, por eso es un camino y no sólo una práctica de sanación. La cuestión es cómo tomamos cada cosa en nuestra vida, desde qué paradigma, con qué objeto, dónde ubicamos nuestro ego o al servicio de qué lo colocamos. Deberíamos tener mucho cuidado antes de repetir frases parecidas  a “Qué lindo es el jabón Turbión que saca el manchón del pantalón”, si no experimentamos personalmente y con seriedad todo cae en la banalización tan propicia y conveniente para un mercado cuyo objetivo en vender, vender y vender. Por otro lado hay que ver cuál es la capacidad de canalización de energía del reikista y la seriedad con que se inició en la práctica.  Y esto es un fenómeno inevitable, en el mismo momento en que nace lo genuino se despliega paralelamente lo falso, lo degradado, su desnaturización. No es lo mismo una persona con primer nivel que una Reiki master, no podría serlo de ninguna manera. O un reikista que ha indagado en su interior para descondicionarse y liberarse de sombras personales con alguien que ha investigado a conciencia el funcionamiento de las energías.

  Mikao Usui integró tradiciones espirituales muy antiguas que no tienen fecha de vencimiento, lo que ocurre es que el Reiki apareció en el planeta supongo que con una función: popularizar el concepto de energía para abrir un camino masivo para toda la humanidad, tengo la impresión de que el Reiki nos reconecta con saberes olvidados, con prácticas muy americanas por su raigambre chamánica japonesa,  pero esto no significa que dentro de la propuesta del Reiki en sí no contenga muchas otras funciones que podrán ser aprovechadas en quienes se atrevan a profundizar. Aprender a diferenciar el oro del barro no implica endilgarle a prácticas milenarias el cartelito de “caducas”. Una vez más se trata de aprender a discernir y hacer convivir lo múltiple en la unidad.